Viejos Amigos : Una oda al Callao de mis amores

30 de enero de 2016


Kike ha muerto.Los amigos de toda la vida han sufrido una triste baja. Sin embargo, las cosas no pueden terminar así. Dejar las cenizas de su amigo en manos de aquella vieja bruja que lo llevó a la muerte es algo que ellos no pueden permitir. Llenos de un espíritu justiciero deciden robarse su urna y llevarlo a pasar el mejor día de su (ya no) vida en el barrio de sus amores: El Callao

Nunca llegué a ver esta película en cines por una serie de sucesos que lograron, como es común en mi vida, que mi ser no llegara a las salas de cine a tiempo. Recién, ayer, pude hacerme del DVD, original por cierto, y ponerme a observar una película que para mí está llena del espíritu de mi abuelo

Si bien creo que a la película le faltó dinamismo y punche, lograr más peso tanto en los momentos cómicos como dramáticos en los cuales no llega a destacar, o dar mayor solidez a los personajes, los cuales hablan siempre de un pasado etéreo que - díganse verdades - hubiese sido bastante interesante mostrar, la película es una agradable oda a aquel Callao de nuestros amores. Aquella ciudad que se construye cerca al puerto más importante del país y que goza con esa picardía, color, sabor, cultura e historia única. Es una lástima que en la actualidad sea el hervidero de la delincuencia, de las pandillas y el narcotráfico, los cuales luchan por hacerse dueños de aquel puerto codiciado. La emblemática casa de mi abuelo está abandonada, lista para venderse al mejor postor, mientras el Callao parece día tras día ser más absorbido por la violencia. 

***
Ex-policia, criado en el Callao, hincha acérrimo de Boys, un lenguaje florido y un despliegue de energía y buena onda que lo hacían el líder de una de esas pandillas de octogenarios más querida en el barrio, no puedo más que lamentar que el viejo muriese antes de poder ver esta película. Estoy segura que le habría agarrado cariño y hubiese terminado cantando a todo pulmón el himno del equipo de su corazón (Porque usar rosado es de verdaderos machos, me diría).

"Vamos Boys, Quiero ver, otro gol, en tu scoreY sentir, El rugir del viril Chim Pum Callao"

Mi abuelo es la persona que me enseñó que la vejez es un término que se hace realidad solo cuando uno mismo empieza a utilizarlo para apelar a su persona. Siempre acordaré de cómo me bromeaba diciendo que le dijera tío  en la calle, cómo salía de la casa siempre impecablemente vestido, cuando jugaba con nosotros a saltar mundo o la soga, o nos llevaba en su bicicleta a pasear por el barrio. Mi abuelo era un hombre con una vitalidad asombrosa para los años que tenía y por ello, cuando le detectaron aquel tumor maligno que luego lo llevaría a su muerte, el verlo cada día ir perdiendo esa chispa y vigorosidad me mataba a mí también por dentro.

Salíamos juntos a todos lados cuando me quedaba todos los veranos en su casa. Nos levantábamos temprano, 5am,  a alimentar a los canarios y luego nos íbamos en bicicleta a comprar el pan recién salido del horno. Nos encontrábamos allí con todos los ancianitos del barrio, amigos del alma de mi abuelo, los cuales bromeaban y contaban el último chisme del vecindario o noticia política del momento. Luego, llegando a la casa mi abuelo me preparaba su especialidad : Pan con tortilla, acompañado de un vaso gigante de leche, el cual tomaba mientras él me escuchaba hablar. No sabía muy bien qué cosa interesante mi ser de 10 años tendría que decirle, pero mi abuelo y yo siempre hablábamos por horas y horas hasta que mi abuela se levantaba y...Nos servía otro desayuno. Eramos unos gordos felices.

Salír a jugar bajo el gran árbol que adornaba el jardín exterior de la casa de mi abuelo, salir a comprar chuchería y media (recuerden, eramos unos gordos felices y comer cucherías en la calle era nuestra especialidad),  ir a la playa a quedarnos por horas y horas bajo el sol y sumergidos en el mar. El tiempo que pasé con mi abuelo lo recordaré eternamente. Al igual que aquellas calles de ese barrio porteño que me recibió cada verano. 

Lo extraño tanto. 
A él y a esos veranos en el Callao.
Gracias por esta película. 
Escuchar el himno de Boys siempre me recuerda a él.

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